Hay algo curioso que tienen muchas personas y que dificulta tremendamente sus relaciones personales: la necesidad de tener la razón.
Antes que el amor.
Antes que la felicidad.
Antes que la paz…
¿Por qué? ¿Por qué elegir algo que quita más de lo que da; que destruye más de lo que construye; que aleja más de lo que acerca?
En este artículo, me gustaría enseñarte:
- De dónde viene la necesidad de tener la razón.
- Cómo abandonar la necesidad de tener la razón.
- Cómo tratar con personas que siempre quieren tener la razón.
- Cómo usar este conocimiento para mejorar tus relaciones personales.
El tema de tener la razón es algo muy importante en nuestras vidas, así que te animo mucho a que sigas leyendo 🙂
Contenidos
¿Por Qué Queremos Tener Siempre La Razón?
Porque hay una parte de nosotros que la necesita como un pez necesita el agua: nuestro…
¿Y por qué necesita nuestro ego tener la razón?
Porque tiene miedo.
¿Miedo? ¿De qué?
De sentirse inferior; de tener poco o ningún valor para los demás; de no ser nadie…
Permíteme explicarte cómo funciona este mecanismo tan inconsciente (pero tan común) que opera en casi todos los seres humanos de este planeta:
El ego deriva su sentido de identidad y valía (es decir, la idea que tiene de quién es y de qué tan importante es) de nuestros contenidos mentales (nuestros conocimientos, experiencias, creencias, opiniones, puntos de vista…) Es decir: el ego se identifica con nuestros contenidos mentales, y cuando alguien cuestiona, contradice o no reconoce esos contenidos mentales (por ejemplo, diciéndonos que nos hemos equivocado), nuestro ego lo interpreta como una amenaza. Para él, un ataque a nuestros contenidos mentales no es solo un ataque a nuestros contenidos mentales, sino un ataque directo a su identidad y valía. El ego siente que ha sido disminuido y que su imagen ha sido dañada, y eso le hace sufrir (y mucho), y cree que teniendo la razón (es decir, defendiendo los contenidos mentales con los que se ha identificado) puede arreglar su imagen y recuperar la identidad y valía que siente que ha perdido.
Tómate un tiempo para absorber lo que acabas de leer…
Esto es lo que está detrás de la necesidad de querer tener siempre la razón y el motivo por el cual tantas y tantas personas luchan por tenerla: porque quieren recuperar la identidad y valía que sienten que han perdido cuando sus contenidos mentales son cuestionados, contradichos o no reconocidos.
¡Compruébalo en tu propia vida! La próxima vez que te encuentres luchando por tener la razón, observa cómo esa lucha viene de la idea de que la imagen que tienes de ti misma ha sido dañada; del sentimiento de que has sido disminuida por haberte equivocado o porque cuestionen, contradigan o no reconozcan la verdad de lo que dices; de la sensación de haber perdido valor o importancia ante los demás, y de cómo tu lucha no es más que un intento de arreglar tu imagen y de recuperar la identidad y valía que sientes que has perdido.
Detrás de todo esto, hay algo muy curioso: se trata de una ilusión.
¿Por qué?
Porque quien realmente somos, esa realidad que es mucho más profunda que nuestro ego, sabe que nuestra identidad y valía no tienen nada que ver con nuestros contenidos mentales, ni con lo que piensan los demás sobre nosotros, ni con nuestro físico, ni con nuestro pasado, ni con nuestros logros, ni con nada que el ego piensa que define quiénes somos y cuánto valemos.
¿Cómo Abandonar La Necesidad De Tener La Razón?
Ahora que entiendes de dónde viene la necesidad de tener la razón y que sabes que no es más que una ilusión (el sentimiento falso de que tu identidad y valía dependen de la cantidad, calidad y veracidad de tus contenidos mentales), ¿qué puedes hacer para abandonar esa necesidad?
Observar 👀
Observa atentamente cada vez que sientas la necesidad de tener la razón.
Observa la irritación, la frustración, la impaciencia y lo ofendida que te sientes cuando alguien contradice, pone en duda, o no reconoce tus palabras. Observa tu corazón latir más deprisa, tu respiración agitarse, y la tensión acumularse en tu cabeza. Observa cómo la paz se transforma en sufrimiento. Observa el daño que te hace a ti y a los demás luchar por tener la razón.
Una vez has observado esto en ti, recuerda que lo que estás experimentando quiere decir que te has identificado con los contenidos de tu mente y que es tu ego quien está actuando a través de ti.
Cuando reconoces que es tu ego el que está operando, la necesidad de tener la razón se disuelve automáticamente. Tener la razón deja de ser algo importante para ti y descubres (increíblemente) que te sientes igual de bien tengas o no tengas la razón, y que lo más importante y valioso tanto para ti como para los demás es elegir la paz antes que el sufrimiento.
Es un tremendo acto de amor hacia ti y hacia el mundo 🙂
Esto es lo único que necesitas saber para disolver la necesidad de tener la razón: ser consciente de que es tu ego el que está operando y entender por qué opera de esa manera.
¿Cómo Tratar Con Una Persona Que Siempre Quiere Tener La Razón?
El primer paso para tratar con una persona que siempre quiere tener la razón es que tú misma abandones la necesidad de tener la razón.
Eso es.
Si luchas por tener la razón, entrarás en una pelea de egos, y en una pelea de egos, nadie quiere perder (pero, sin embargo, todo ego acaba perdiendo, porque todo ego sufre y hace sufrir).
Por tanto, primero y antes que nada, observa en ti el deseo de querer tener la razón y pon en práctica lo que has aprendido hoy.
Aprender a reconocer tu propia necesidad de tener la razón no solo te ayudará a disolver esa necesidad en ti, sino que también te hará mucho más capaz de lidiar con quienes siempre quieren tener la razón.
Ya lo verás por ti misma 🙂
Hay otra cosa muy importante que me gustaría que tuvieras presente la próxima vez que te encuentres con alguien que lucha por tener la razón como quien lucha por salvar su vida:
Compasión.
La persona que está luchando contigo, está sufriendo (sí, aunque no lo hayas considerado antes, la necesidad imperiosa de tener la razón viene de un lugar de sufrimiento).
Ha visto su identidad y su valía amenazadas, y está luchando por recuperarlas.
Y detrás de ese sufrimiento (que quizás ni la propia persona sepa que siente), hay miedo.
Por tanto, intenta empatizar con esa persona, mirando más allá de la superficie y del dolor que está detrás de su lucha y no contribuyendo a amplificar ese dolor, y ofreciéndole tu amor y compasión.
¿Por qué?
Porque ahora sabes que esa persona no es consciente del sufrimiento que se está causando y que le está causando a los demás…
Comprendiendo que alguien que lucha por tener la razón no te está hablando desde su realidad más profunda sino desde su ego, sabrás lo que hay que hacer (o no hacer) y decir (o no decir) en cada momento.
Y será lo correcto.
Porque vendrá de un lugar de comprensión, amor y compasión 🙂
Podrías sonreírle con cariño y decirle: “Está bien, vamos a dejarlo así 🙂”, o cambiar de tema con soltura y gentileza, o incluso cuestionarte si eres tú la que está equivocada (hmm… podría ser 🙃)
¡O continuar debatiendo y defendiendo tu punto de vista! Lo que me lleva a aclarar algo importante: no hay nada de malo en defender tu punto de vista en una discusión, siempre y cuando tu defensa venga de un lugar de respeto y apreciación por la otra persona y no sea tu ego el que esté luchando por tener la razón solo por sentirse mejor a costa de los demás.
En resumen:
Tratar con una persona que siempre quiere tener la razón empieza por uno mismo: identificando nuestra propia necesidad de tener la razón y abandonando esa necesidad, y continúa con el trato comprensivo y compasivo hacia la otra persona (que, no lo olvides, está sufriendo).
Cómo Usar Este Conocimiento Para Mejorar Tus Relaciones Personales
¿Quién dirías que cae mejor a la gente: una persona que siempre tiene la razón en todo lo que dice pero que hunde a los demás por estar equivocados, o una persona que siempre se equivoca pero que lo acepta sin problemas y que trata a los demás con cariño y respeto?
La respuesta es muy obvia 🙂
Con este ejemplo, ¿ves cómo tener la razón no te hace ni mejor ni peor que nadie? ¿Ves que, incluso, tener la razón con un mal carácter cae mucho peor (y la gente te aprecia mucho menos) que no tener la razón pero hacerlo con un carácter sencillo, cariñoso, y sin tomarte las cosas tan en serio? ¿Que lo que realmente importa no es si tienes o no tienes la razón sino cómo te sientes tú y cómo haces sentir a los demás?
Entonces, ¿cómo puedes mejorar tus relaciones personales con todo lo que has aprendido hoy?
- Primero, observa en ti la necesidad de tener la razón.
- Recuerda que se trata de tu ego: la ilusión de creer que tu identidad y valía dependen de tus contenidos mentales (tus conocimientos, experiencias, creencias, opiniones, puntos de vista…)
- No creas esa ilusión: quien tú eres y lo que vales no tiene nada que ver con lo que tu ego cree que tiene que ver.
- Abandona la necesidad de tener la razón, dándote cuenta del sufrimiento que te causa y del sufrimiento que causa a los demás mantener esa postura. En otras palabras: elige la paz antes que el sufrimiento.
- Observa la necesidad de tener la razón en los demás y recuerda que se trata de su ego, no de quien realmente son.
- Trata a los demás con compasión por saber que detrás de todo el drama, quien lucha por tener la razón, sufre.
Si haces esto, te ¡garantizo! que tus relaciones personales mejorarán de forma dramática, y que no solo te sentirás mejor contigo misma, sino que la gente que trate contigo se sentirá mucho mejor a tu lado.
Es algo que he experimentado muchas veces en mi vida 🙂
Construyamos Un Mundo Sin (Tanto) Ego
El ego y la necesidad de tener la razón es lo que ha destruido tantas y tantas cosas de este mundo: amistades, matrimonios, familias, comunidades, organizaciones, países… y lo que ha llevado a guerras, crueldades, y un sufrimiento incalculable.
Si queremos un mundo mejor, construyamos un mundo mejor.
¿Y cómo podemos construir un mundo mejor?
Apreciando y respetando a los demás por el simple hecho de que son seres humanos, no porque nos den la razón o estén de acuerdo con nuestros puntos de vista. Reconociendo que todos, en último término, somos iguales y valemos lo mismo, sin importar si nos equivocamos o cometemos errores. Y sabiendo que nuestra identidad y valía no dependen de cuántos conocimientos o experiencias hayamos acumulado en la vida, o de lo sólido que sean nuestras opiniones, o de nuestro cuerpo, religión, ideología, sexo, raza o cualquiera de las otras miles de cosas con las que el ego se identifica.
Trabajando en reconocer nuestra propia inconsciencia y trayendo más consciencia a nuestras vidas, contribuiremos enormemente a disolver la inconsciencia en el mundo y a traer consciencia donde más falta hace 🙏🏻
“Sé el cambio que quieres ver en el mundo” – Mahatma Ghandi.
Si necesitas ayuda personalizada con este tema, por favor visita mi servicio de sesiones uno a uno 🙂