Buscando ideas sobre qué escribir, me encontré con la frase “cómo dejar de ser gay”, que me hizo sentir muy triste y me inspiró a escribir este artículo.
Amigo mío (o amiga mía, aunque seguramente seas un hombre), ¡no tienes que dejar de ser gay!
Te imagino ahora mismo sintiendo resistencia por lo que acabas de leer porque lo que quieres es, precisamente, dejar de ser como eres. Pero sé honesto contigo mismo por un momento: si sabes que eres gay, no quieres dejar de serlo solo por dejar de serlo, sino por las consecuencias negativas que eso tiene para ti.
Y lo siento mucho por ello… Porque vivimos en una sociedad aún muy inconsciente…
Pero querer cambiar algo que forma parte intrínseca de quien eres es añadirle más clavos a un cuerpo que ya está crucificado…
Imagínate que te preguntara:
- Cómo puedo dejar de querer a mi madre.
- Cómo puedo dejar de que me encante la pizza.
- Cómo puedo dejar de sentirme atraído por las cosas bonitas.
- Cómo puedo dejar de que me importe ayudar a los demás.
¿Qué pensarías de mis preguntas?
Pues eso, amigo mío, es lo que yo pienso de la tuya.
¿Pero por qué es tan fácil ver las cosas en mis preguntas y no en la tuya?
Porque la sociedad ha moldeado a algunas personas a creer que hay diferencia entre un caso y el otro, cuando no la hay.
Verás, en algún momento de la historia, ser gordito/a estaba bien visto. Ahora, no: todo el mundo “tiene” que estar delgado/a para que la sociedad le vea como alguien atractivo.
¿Pero ha cambiado lo que está bien y lo que está mal?
Absolutamente no.
Lo que ha cambiado es la sociedad y la percepción subjetiva de lo que está bien y lo que está mal.
La homosexualidad está presente en más de 1.500 especies de animales.
La homofobia, solo en una.
¿Qué es lo realmente natural, entonces?
Que las personas no acepten la homosexualidad no es más que el producto de la separación o desconexión interna que sienten con el mismo mundo en el que viven.
¿Dañarías a tu ser más querido? ¿A tu mejor amig@? ¿A tu perro, gato o mascota (si la tienes)?
Por supuesto que no.
¿Y por qué no lo harías?
Pues porque, de alguna manera, sentirías que dañándoles a ellos, también te dañarías a ti mismo. Sufrirías igual que sufren ellos (no en la misma medida ni de la misma manera, pero sufrirías igualmente).
En otras palabras, porque sientes una conexión con las personas y los animales que amas.
Pues bien, todos estamos conectados los unos con los otros, lo que pasa es que no todo el mundo es capaz de sentir esa conexión…
Y ese es el origen de los grandes problemas que sufrimos hoy en día.
En la historia de la humanidad hay innumerables ejemplos de personas que no sintieron una conexión con algunas otras personas y que quisieron eliminarlas. Todos sabemos muy bien de qué estoy hablando. Y todos lo vemos como una atrocidad.
Pero antes no lo era.
No dejes que la inconsciencia del mundo te haga dudar de lo que tú en el fondo sabes que es real y auténtico en ti.
La solución que buscas no es dejar de ser como eres, sino:
- Aprender a aceptarte y amarte plenamente y saber que está bien ser como eres.
- Tomar acciones prácticas para favorecer ese ambiente de aceptación, amor y entendimiento, y mantenerte a salvo si no lo estás.
Por favor, considera hablar conmigo personalmente a través de mis sesiones uno a uno y déjame ayudarte a vivir la vida que te mereces vivir.
Es posible.
Y es mi deseo que veas por ti mismo que es posible.
Sé que puedes no estar de acuerdo con todo lo que digo, pero también sé con absoluta certeza que, si me has encontrado, es porque hay algo dentro de ti que no está bien y que está buscando una salida.
Si algo en ti responde a estas palabras, yo creo que es porque el destino así lo ha querido.